martes, 21 de septiembre de 2010

OBRAS NACIONALES

ARTISTAS URUGUAYOS

Cuadro de texto: TEORÍA DEL ARTE - PROF. OLGA MÁRQUEZ
CERP Del Litoral – 3º Com. Visual



Elipse: JOAQUÍN TORRES GARCÍA




RESUMEN DE SU BIOGRAFÍA.
Nació en Montevideo en 1874. Hijo de padre catalán y madre uruguaya ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona en 1892, tras el regreso de su familia a España.
Entre 1904 y 1905 colabora con Antonio Gaudí en los vitrales de la Sagrada Familia y de la catedral de Palma de Mallorca. Se relaciona con Eugenio D’Ors e integra el movimiento nacionalista novecentismo catalán, realizando varios encargos, entre ellos la decoración de uno de los muros del Palacio de la Generalitat, diputación de Barcelona en ese momento. En 1909 contrae matrimonio con Manolita Piña de Rubiés.
Más tarde, en 1916, conoce a su compatriota Rafael Barradas, con quien expone obras vibracionistas al año siguiente y mantiene una amistad enriquecida por una fructífera correspondencia.
Inmediatamente después de finalizada la Primera Guerra Mundial, Torres se traslada con su familia a Nueva York y crea una fábrica de juguetes transformables, uno de los capítulos más interesantes de su producción.
Entre 1926 y 1932 vive en París, donde mantiene un interesante diálogo con los artistas del movimiento De Stijl, fundando con ellos la revista Cercle et Carré en 1930. En esta misma ciudad visita una exposición de arte precolombino y, a partir de este contacto, comienza sus primeras obras constructivas. En 1934, luego de cuarenta y tres años, Torres García regresa a Montevideo. En ese mismo año expone en la Asociación Amigos del Arte de la capital uruguaya, y el año siguiente crea la Asociación Arte Constructivo, agrupación que edita Círculo y Cuadrado, revista inspirada en su homónima francesa. En 1942 expone en la Galería Müller de Buenos Aires y en 1944 crea el Taller Torres García en la capital uruguaya. En este mismo año colabora con el grupo de arte concreto en la publicación de la revista Arturo en Buenos Aires.
Joaquín Torres García muere en 1949 en su ciudad natal.

SU ARTE CONSTRUCTIVO (1927-1949)
TORRES GARCÏA: "Composición Universal "Este largo período de casi 23 años que corresponde a los seis años de París, un año largo en Madrid y poco más de quince años en Montevideo, está unificado por lo que es el aporte más original e influyente que hizo Torres García al arte del siglo XX: lo que él denominó Arte Constructivo. En 1928 el artista ya había producido en los primeros dos años de París una obra variada, sensible a diversos lenguajes contemporáneos que tenían en París un centro de influencia mundial pero sumamente original porque en todos los casos quedó marcada por su trazo y su color inconfundibles. Un año después llevó a término una síntesis que le permitía asumir algo que a Torres se le había reafirmado a partir de su vínculo con Van Doesburg y Mondrian y que había defendido en sus escritos desde mucho atrás (la idea de que la obra de arte es básicamente una estructura) y a la vez le permitía rechazar la exigencia neoplasticista de hacer un arte absolutamente ajeno a toda representación. En esa síntesis, que fue el Arte Constructivo, hay cierta representación gráfica, esquemática, de la realidad, en la que signos y retícula ortogonal se unifican formando un sistema único. Una estructura que tiene un sentido no solamente estético ya que como en las artes primitivas y arcaicas la obra expresa el orden del cosmos regido por lo que Torres García llama la Razón Universal. Desde ese momento aunque el artista continuó pintando con diferentes lenguajes y enriqueciendo y variando su Arte Constructivo, éste continuó siendo su propuesta principal, manifestada en su prédica, su enseñanza y sus polémicas. Dicha propuesta pretendió, desde el inicio, ser la única auténtica salida a la crisis del arte moderno, pero cuando el artista se radicó en su patria le sumó además una nueva misión: la de un arte propio de América del Sur -en cuyo arte prehispánico veía una de las formas de la tradición constructiva- arte propio a través del cual el continente no sólo dejaría de ser tributario de la cultura europea sino que estaría en condiciones de redimirla del callejón sin salida al que, según Torres, había llegado la vanguardia.

FRASES DEL ARTISTA.
“Para mí no puede haber mayor convicción que esta: Primero, la estructura; Después la geometría; Luego, el signo (la cosa); Finalmente, el espíritu.”
Torres García, 1935

Para poder llegar a esta divina armonía (RELACIÓN DE LAS PARTES CON EL TODO, IGUAL A LA UNIDAD) los artistas en todos los tiempos, los sabios y pensadores, los matemáticos, los magos y cabalistas, idearon diversos medios. Ya por el de figuras geométricas, por cálculos numerales, por combinaciones de toda suerte. Y esto en todos los pueblos: caldeos, egipcios, griegos, mayas y aztecas, en la Edad Media, en el renacimiento y aún hoy […] fuera de esta tradición de verdad, no hay nada seguro: pues otra base no hay.
Torres García, 1935

…los símbolos realizan, dentro de cierta medida, el ideal de la antigua y popular interpretación de los sueños […] el artista es un creador de símbolos […] La forma simbólica es, no solamente algo dentro de la estructura racional, sino aún del alma y de la materia […] Este lenguaje simbólico, viviente y bien real, es el más profundo y concreto que pueda expresar el arte, y fue el lenguaje del arte de la antigüedad y de los mal llamados salvajes […] habría que volver a este arte pasando del símbolo intelectual al símbolo mágico
Torres García, 1944
DOS DE SUS OBRAS.

COMPOSICIÓN SIMÉTRICA UNIVERSAL EN BLANCO Y NEGRO.
Óleo sobre tela, 1931
122 x 63,2 cm
Malba - Fundación Costantini,
Buenos Aires, Argentina

















En esta obra, el artista utiliza una paleta en tonos sepia y blanco y, con negro, traza líneas verticales y horizontales que forman las celdas donde se ubican, ordenadas simétricamente, en forma individual o de a pares, las figuras-símbolos: hombre-mujer, peces,       vasija, campana, escalera, reloj, casa, estrella, caracol, martillo, regla, ancla y corazón. El marco de madera de esta pieza es el original y fue construido por el propio artista.          
Se debe de tener en cuenta que esta obra fue realizada dentro de ese periodo, en que el artista se proponía encontrar el modo de crear un arte universal, que fuese correlato de la concepción de un nuevo hombre, el hombre constructivo y universal.
El hombre –según Torres– es el cosmos universus, es decir, un “todo indivisible”, y en este sentido, el artista uruguayo entiende el arte como un puente entre el hombre y la naturaleza.
En base a su teoría, realiza sus obras a través de símbolos y recursos formales simples como líneas horizontales y verticales, figuras geométricas básicas y el uso de la sección áurea, el artista crea un lenguaje plástico de alcance universal, conjugando símbolos de todas las épocas y tradiciones: clásica, mediterránea, del Oriente Medio y precolombina.
Uno de los aspectos fundamentales en la producción de este artista es el rescate, desde un planteo netamente moderno, de la raíz de las manifestaciones precolombinas, con su permanencia y geometría, como eslabón esencial en la conformación de la civilización occidental.

EL MONUMENTO CÓSMICO.
TORRES GARCÍA: "Monumento Cásmico" 1937 - 1938
El Monumento Cósmico erigido en el Parque J. E. Rodó, frente a la sede del Museo Nacional de Artes Plásticas de Montevideo y realizado entre 1937 y 1938, fue construido con bloques individuales de granito rosa uruguayo, que llevan grabados, en bajorrelieve, símbolos microcósmicos universales que resumen la simbología del constructivismo. El plano central está bordeado lateralmente y en su parte superior por una estructura de planchas verticales y horizontales del mismo material, cuyos ritmos acompañan al tema central. Del basamento de la obra surge una fuente y un banco. Como coronamiento del monumento el artista ha colocado un cubo, una esfera y una pirámide de base cuadrada, elección que no resulta casual. En un sentido geométrico, se tratan de formas puras próximas a las indicadas por Cézanne. En un sentido místico, el cubo simboliza la sabiduría, la verdad, solidez y permanencia; la esfera corresponde a la perfección, a la totalidad, y la pirámide, imagen de la convergencia ascencional de la síntesis, a la creación creadora
Torres García plasmó un mundo poblado de símbolos arquetípicos que, al actuar sobre el inconsciente del observador, intenta modificar su destino. El grado de receptividad de ese mensaje será mayor cuanto mas pronto el espectador se libere de sus propios inhibiciones que le impiden acceder plenamente a ese mundo idílico. El artista, poseedor de atributos espirituales, transmite su invocación para el observador partícipe y se integre en ese universo lleno de serenidad, paz y amor. Este poder místico de convocatoria, que actúa como un mensaje subliminal a través del inconsciente colectivo, representa una suerte de conjura que nos eleva hacia ese mundo ideal. Este es el mensaje último del constructivismo de Torres García.