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martes, 21 de septiembre de 2010
ARTISTAS URUGUAYOS

RESUMEN DE SU BIOGRAFÍA.

Entre 1904 y 1905 colabora con Antonio Gaudí en los vitrales de la Sagrada Familia y de la catedral de Palma de Mallorca. Se relaciona con Eugenio D’Ors e integra el movimiento nacionalista novecentismo catalán, realizando varios encargos, entre ellos la decoración de uno de los muros del Palacio de la Generalitat , diputación de Barcelona en ese momento. En 1909 contrae matrimonio con Manolita Piña de Rubiés.
Más tarde, en 1916, conoce a su compatriota Rafael Barradas, con quien expone obras vibracionistas al año siguiente y mantiene una amistad enriquecida por una fructífera correspondencia.
Inmediatamente después de finalizada la Primera Guerra Mundial, Torres se traslada con su familia a Nueva York y crea una fábrica de juguetes transformables, uno de los capítulos más interesantes de su producción.
Entre 1926 y 1932 vive en París, donde mantiene un interesante diálogo con los artistas del movimiento De Stijl, fundando con ellos la revista Cercle et Carré en 1930. En esta misma ciudad visita una exposición de arte precolombino y, a partir de este contacto, comienza sus primeras obras constructivas. En 1934, luego de cuarenta y tres años, Torres García regresa a Montevideo. En ese mismo año expone en la Asociación Amigos del Arte de la capital uruguaya, y el año siguiente crea la Asociación Arte Constructivo, agrupación que edita Círculo y Cuadrado, revista inspirada en su homónima francesa. En 1942 expone en la Galería Müller de Buenos Aires y en 1944 crea el Taller Torres García en la capital uruguaya. En este mismo año colabora con el grupo de arte concreto en la publicación de la revista Arturo en Buenos Aires.
Joaquín Torres García muere en 1949 en su ciudad natal.
SU ARTE CONSTRUCTIVO (1927-1949)

FRASES DEL ARTISTA.
“Para mí no puede haber mayor convicción que esta: Primero, la estructura; Después la geometría; Luego, el signo (la cosa); Finalmente, el espíritu.”
Torres García, 1935
“Para poder llegar a esta divina armonía (RELACIÓN DE LAS PARTES CON EL TODO, IGUAL A LA UNIDAD ) los artistas en todos los tiempos, los sabios y pensadores, los matemáticos, los magos y cabalistas, idearon diversos medios. Ya por el de figuras geométricas, por cálculos numerales, por combinaciones de toda suerte. Y esto en todos los pueblos: caldeos, egipcios, griegos, mayas y aztecas, en la Edad Media , en el renacimiento y aún hoy […] fuera de esta tradición de verdad, no hay nada seguro: pues otra base no hay.
Torres García, 1935
…los símbolos realizan, dentro de cierta medida, el ideal de la antigua y popular interpretación de los sueños […] el artista es un creador de símbolos […] La forma simbólica es, no solamente algo dentro de la estructura racional, sino aún del alma y de la materia […] Este lenguaje simbólico, viviente y bien real, es el más profundo y concreto que pueda expresar el arte, y fue el lenguaje del arte de la antigüedad y de los mal llamados salvajes […] habría que volver a este arte pasando del símbolo intelectual al símbolo mágico…
Torres García, 1944
DOS DE SUS OBRAS.
COMPOSICIÓN SIMÉTRICA UNIVERSAL EN BLANCO Y NEGRO.

Óleo sobre tela, 1931
122 x 63,2 cm
Malba - Fundación Costantini,
Buenos Aires, Argentina
En esta obra, el artista utiliza una paleta en tonos sepia y blanco y, con negro, traza líneas verticales y horizontales que forman las celdas donde se ubican, ordenadas simétricamente, en forma individual o de a pares, las figuras-símbolos: hombre-mujer, peces, vasija, campana, escalera, reloj, casa, estrella, caracol, martillo, regla, ancla y corazón. El marco de madera de esta pieza es el original y fue construido por el propio artista.
Se debe de tener en cuenta que esta obra fue realizada dentro de ese periodo, en que el artista se proponía encontrar el modo de crear un arte universal, que fuese correlato de la concepción de un nuevo hombre, el hombre constructivo y universal.
El hombre –según Torres– es el cosmos universus, es decir, un “todo indivisible”, y en este sentido, el artista uruguayo entiende el arte como un puente entre el hombre y la naturaleza.
En base a su teoría, realiza sus obras a través de símbolos y recursos formales simples como líneas horizontales y verticales, figuras geométricas básicas y el uso de la sección áurea, el artista crea un lenguaje plástico de alcance universal, conjugando símbolos de todas las épocas y tradiciones: clásica, mediterránea, del Oriente Medio y precolombina.
Uno de los aspectos fundamentales en la producción de este artista es el rescate, desde un planteo netamente moderno, de la raíz de las manifestaciones precolombinas, con su permanencia y geometría, como eslabón esencial en la conformación de la civilización occidental.
EL MONUMENTO CÓSMICO.

El Monumento Cósmico erigido en el Parque J. E. Rodó, frente a la sede del Museo Nacional de Artes Plásticas de Montevideo y realizado entre 1937 y 1938, fue construido con bloques individuales de granito rosa uruguayo, que llevan grabados, en bajorrelieve, símbolos microcósmicos universales que resumen la simbología del constructivismo. El plano central está bordeado lateralmente y en su parte superior por una estructura de planchas verticales y horizontales del mismo material, cuyos ritmos acompañan al tema central. Del basamento de la obra surge una fuente y un banco. Como coronamiento del monumento el artista ha colocado un cubo, una esfera y una pirámide de base cuadrada, elección que no resulta casual. En un sentido geométrico, se tratan de formas puras próximas a las indicadas por Cézanne. En un sentido místico, el cubo simboliza la sabiduría, la verdad, solidez y permanencia; la esfera corresponde a la perfección, a la totalidad, y la pirámide, imagen de la convergencia ascencional de la síntesis, a la creación creadora
Torres García plasmó un mundo poblado de símbolos arquetípicos que, al actuar sobre el inconsciente del observador, intenta modificar su destino. El grado de receptividad de ese mensaje será mayor cuanto mas pronto el espectador se libere de sus propios inhibiciones que le impiden acceder plenamente a ese mundo idílico. El artista, poseedor de atributos espirituales, transmite su invocación para el observador partícipe y se integre en ese universo lleno de serenidad, paz y amor. Este poder místico de convocatoria, que actúa como un mensaje subliminal a través del inconsciente colectivo, representa una suerte de conjura que nos eleva hacia ese mundo ideal. Este es el mensaje último del constructivismo de Torres García.
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